La primera norma de seguridad es, sea cual sea el portabebés que se utilice: “colocar al bebé en la posición fisiológica”.
Ya la hemos comentado, pero no está de más recordarla: con la pelvis basculada en retroversión, la espalda del bebé se redondea hacia delante, adquiriendo una forma de “C”, hasta las cervicales, lo que protege el desarrollo de su columna. Las rodillas del bebé se mantienen por encima del nivel de su trasero, de manera que dibujan una “M”. Y ambas piernas mantienen entre ellas un ángulo de 90º (aproximadamente). Esta postura facilita el correcto desarrollo de la cadera del bebé. Además, como hemos visto el cuerpo funciona como un mecano, cuando las piernas y caderas mantienen esta posición, la espalda (si el bebé se encuentra relajado) se redondea hacia delante (prueba a ponerte en cuclillas y relajar la espalda).

Con esta postura, por otro lado, se protege el cuello del bebé de posiciones demasiado forzadas.
Cabe decir nuevamente, que si el bebé es llevado en posición horizontal, es importante colocar la barriga del pequeño orientada hacia el cuerpo del cuidador y girarle la cabeza de modo que mire hacia arriba.
El bebé reclinado ha de mantener la espalda redondeada, la barriga orientada hacia el cuerpo del cuidador, la cabeza sostenida y las vías respiratorias libres.
La posición segura paso a paso
La espalda va redondeada, manteniendo la curvatura incluso hasta las cervicales. Pero el bebé no está colgando ni flojo, la tela se encuentra lo suficientemente tensa como para darle soporte a cada zona de la espalda individualmente, de modo que toda la espalda del bebé vaya relajada y sin sostener peso. Así, se respeta la curvatura natural de la espalda del bebé recién nacido (o del que es más grandecito cuando se relaja o duerme). Si existen zonas con insuficiente tensión o arrugas, el bebé puede “volcarse” hacia un lado o redondearse en exceso.
Las rodillas están más elevadas que el trasero del bebé (en un ángulo de flexión de 100º), aproximadamente al nivel del ombligo del bebé.
Además, se abren rodeando al porteador, formando un ángulo aproximado de 90º entre ellas (45º abducción).

En lo tocante a la pelvis del bebé, va basculada, en retroversión, de modo que será el periné del bebé lo que apoya sobre el cuerpo del usuario y no el pubis. Esta correcta posición de la pelvis es lo que permite que la espalda se redondee y que las piernas puedan cerrarse realizando un ángulo de 90º grados entre ellas. Si lo que apoya es el pubis, la espalda se endereza y las piernas se abren bastante más, hasta el punto de poder llegar a los 180º, totalmente abierto, si el porteador es muy ancho y plano (por ejemplo, a la espalda de una persona de talla XL).
La cabeza del bebé va apoyada sobre el cuerpo del porteador, y firme pero suavemente sujeta por la tela del portabebé ergonómico, de modo que la cabeza del bebé no puede descolocarse por un movimiento de quien lo lleva Tampoco puede bajarse de modo que toque la barbilla con el pecho, ya que la tensión de la tela y el cuerpo del usuario se lo impide.
Pelvis basculada, espalda redondeada, rodil as más elevadas que nalgas y vías respiratorias libres. Todo el o sostenido por una correcta tensión del portabebés.
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