Cuando los músculos del cuello, espalda y piernas ya se encuentren desarrollados, el bebé podrá levantarse y descubrir un mundo nuevo. Luego logrará mantenerse de pie, primero cayéndose y luego por sí solo, avanzando con la ayuda de sus piernas. Así, una vez que el bebé ha conquistado su movilidad total, podemos decir que el desarrollo de su espalda y caderas, si bien no se encuentra totalmente terminado, sí ha concluido su etapa más decisiva.
A los bebés de esta edad por lo general les gusta explorar el mundo desde el suelo, empiezan a ser dueños de su movilidad total, pero también necesitan ser llevados en brazo

Portear en esta etapa
Aunque su peso y tamaño hayan aumentado, los bebés grandes siguen disfrutando mucho de los brazos, de hacer siestas dentro de su portabebés y de ver el mundo a la altura de su cuidador cuando despiertan. Para estos momentos la necesidad fundamental debe atender el requerimiento de transportar pequeños que empiezan a pesar cada vez más, de una manera confortable, fácil de usar y que permita movilidad , siendo ideales los portabebés que otorguen una fantástica sujeción y den buen soporte.
Por otro lado, y con el descubrimiento del movimiento autónomo, es una edad en la que resulta normal el «sube y baja», esto es, quieren un rato de brazos y un rato de suelo, vuelta a los brazos y vuelta al suelo y así sucesivamente (aunque esta etapa puede aparecer antes, con el gateo). En este contexto el portabebés debería poder responder a esta necesidad con facilidad para los usuarios.
Energía del niño en esta etapa
Un pequeño entre los dieciocho meses y los dos años suele tener mucha energía y le gustará explorar el mundo y jugar. Cargar a un bebé de esas características por largo rato solamente con las manos puede resultar cansado y los portabebés serán ideales especialmente cuando se queda dormido, en lugares transitados y durante los viajes y caminatas. El peso del pequeño bien distribuido en un portabebés ergonómico también ayuda a la espalda y músculos de quien lo transporta, por su eficiencia en la distribución del peso.
Adicionalmente, un buen tamaño en el panel de su estructura evita que el pequeño arquee su espalda y pueda caerse o se sienta incómodo por la falta de cubrimiento en su espalda, sobre todo en las posturas hacia atrás cuando no se ve lo que está ocurriendo.
Como veíamos, el bebé ha completado, una vez que anda, el desarrollo básico de su espada y caderas. Por lo antes planteado, no es necesario que el portabebés sostenga ninguna posición fisiológica correspondiente a esta edad puesto que el propio cuerpo posee ya sus mecanismos para mantener una posición saludable. Sin embargo, seguimos recomendando que las rodillas vayan más altas que las nalgas durante todo el tiempo de porteo por comodidad para ambos. Así se favorece que el bebé vaya, como decíamos, sentado y no colgado y así no existirán puntos de presión en su cuerpo que puedan provocar un adormecimiento de las extremidades y/o que vaya incómodo.
Vigilancia del portador en esta etapa
Del mismo modo, por parte de quien portea, verificar que las rodillas del bebé permanezcan más altas que las nalgas permite que las piernas del pequeño puedan rodear su cuerpo, de manera que su peso esté mejor repartido en el cuerpo del cuidador, resultando más confortable llevarlo y más sencillo moverse y mantener el equilibrio. El sostén de la cabeza sigue siendo necesario cuando el bebé se duerme.
Es posible que un bebé de esta edad también quiera algo de independencia y no desee estar mucho tiempo en brazos. Y también volverse reticente a subirse al portabebé puede ser una etapa pasajera que se conoce como «huelgas de porteo». Quizá muestre preferencia por uno u otro portabebé, y es capaz de manifestarla, con lo que es viable probar uno u otro, o tal vez otra posición para saber que le gusta más.
Portabebés para esta etapa
Los fulares de porteo, gracias a su adaptabilidad, siguen siendo una gran opción en esta etapa, si bien puede ser preferible usar tallas cortas con suficiente soporte que nos permitan hacer anudados rápidos para no acabar con la paciencia del pequeño explorador (ni con la de quien lo lleva si tiene que subirlo y bajarlo cuatro veces en media hora).
Por esto mismo, la bandolera de porteo es una gran opción: no abulta demasiado y se pone y quita con facilidad. Además, tanto fular como bandolera nos van a permitir regular el soporte en la espalda del bebé con, dejarlo más bajo para los momentos de más movilidad o más alto cuando el bebé se encuentre más tranquilo y subirlo hasta la cabeza cuando esté dormido del todo.
Estas opciones, anudados con fular corto y la bandolera, podrían sin embargo no resultar cómodas para periodos largos de tiempo, como una caminata por el campo, por ejemplo, porque no reparten tan bien el peso como un anudado de varias capas (con un fular largo) u otras opciones.
En el caso de portabebés de inspiración asiática mei tai y la mochila portabebés de estructura suave, es la época ideal para usarlos, especialmente las segundas, ya que se puede dejar puesta cuando el bebé no está sin que arrastre tela (como ocurre en el caso del mei tai si se deja atado a la cintura).
Son una excelente opción por la posición ergonómica que ambos tipos de portabebés favorecen, y por su utilidad para largas caminatas, ofreciendo una buena distribución del peso de un bebé con mayor autonomía en el manejo de su cuerpo.
Además, resultan fáciles de usar para porteo a la espalda, postura en la que es más cómodo llevar peso y donde los bebés más curiosos se sienten más a gusto porque pueden ver casi lo mismo que quien les lleva.

Descubre cómo realizar el porteo en distintas fases del crecimiento.
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El bebé va creciendo: Control del tronco superior (Porteo entre 1 y 6 meses)

El niño (Porteo a partir de los 2 años y más allá)

El bebé se sienta solo: Control del tronco inferior (Porteo entre 7-12 meses aprox)

Porteo bebé prematuro: Cuando el bebé llegó antes de tiempo

¿Desde cuándo y hasta qué mes se puede portear a un bebé?
